martes, septiembre 16, 2008

Tuca de Ballibierna y Tuca de Culebras

13/09/2008


El parte meteorológico no era muy esperanzador. Anunciaban cielo cubierto con posibilidad de chubascos moderados. A eso se le tenía que sumar las precipitaciones y nevadas de la noche anterior, y bajada de temperaturas a -2ºC a la cota 3000, con sensación de frío hasta -10ºC por el viento. Pero nada de esto nos desanimó para intentar subir la Tuca de Ballibierna (3056m) y la Tuca de Culebras (3051m) unidas por el mítico Paso del Caballo.

El vienes cenamos y dormimos al siempre hospitalario Hostal Casa Moliné del pueblo de Aneto. Tras el desayuno de las 6:15, nos dirigimos con el coche hasta la presa de Llauset, a 2200m de altitud. A las 7:30 empieza nuestra aventura.


El tiempo es optimista: cielo descubierto en su mayoría. Pero la ilusión iba a durar poco. Tras una hora andando, al llegar al Ibón de Botornás, ya se podía apreciar
una niebla que bajaba y que no nos abandonaría durante el resto del ascenso.


A las tres horas de subir paramos cerca del Estany Gelat a desayunar. Allí nuestro buen amigo Rafa se da media vuelta. El verano le ha
pasado factura, y no se siente con fuerzas de continuar. Le damos un walkie y nos despedidos de él tras el descanso. Curiosamente allí
vimos el único rebeco a lo lejos.



Los tres restantes nos encaramos a la cuesta final del Ballibierna. Subida que nos conduciría directamente a su arista. Una vez allí,
comprobamos como en cuestión de segundos pasamos de la niebla a cierta visibilidad, y vice versa. El tiempo ha ido empeorando y lleva
rato cayendo agua-nieve, que nos va va salpicando a la cara por culpa del viento. La verdad es que la arista cimera es la parte más
bonita de toda la ruta, dado su espectacular perfil, y facilidad para moverse en ella. En cuestión de minutos, y tras casi cuatro horas
desde que salimos, llegamos a la cima del Ballibierna. No vemos nada del paisaje, pero al menos nos podemos ver las caras.







Tras unos pocos minutos en la cima, los justos para hacernos fotos, nos dirigimos al temido paso del caballo. Desde la propia cima se ve
jodido, pero por suerte la nieve no ha llegado a asentarse en él. Jordi no lo ve nada claro y no baja hasta su punto de inicio, a la
espera de conocer nuestro veredicto tras pasarlo. Jaume y yo nos armamos de valor y atacamos los primeros metros, luego los
segundos, subimos por la brecha, y continuamos por la parte superior agarrándonos del borde de la arista. En pocos segundos pasamos
los 30 metros más comprometidos de toda la ruta. Ya al otro extremo, anunciamos a Jordi que a pesar de no ser difícil, es muy
expuesto y peligroso, quizás demasiado por su experiencia, por lo que le recomendamos no forzar la situación y que se de media vuelta.
Como la situación era previsible, le dimos antes el otro walkie para su regreso en solitario.










Jaume y yo llegamos rápidamente a la cima del Culebras. Segundo 3000 de la jornada. La niebla tampoco nos da tregua y no vemos
absolutamente nada. Sin más tiempo que perder, iniciamos el descenso, un poco más laborioso de lo que creíamos. Tras algún destrepe,
llegamos a una ante cima, y a partir de aquí, todo se hace más fácil. En pocos minutos nos encontramos en el Collado de Llauset.






Como íbamos sobrados de tiempo y fuerzas, decidimos subir al Pico de Llauset; tarea que solamente nos lleva 15 minutos. Allí el viento
es más violento aún y nos dificulta la simple operación de mantenernos en pie. Más fotos de las cimas que acabamos de hacer, y
descenso directo por el Valle de Llauset. Sin nada más destacable, llegamos al coche donde nos esperaba Rafa tras seis horas y media
de haber iniciado la excursión. Jordi llegaría media hora más tarde.




Lo irónico de todo, es que a esa hora, entre las 14:00 y las 14:30, el tiempo nos da la tregua justa para poder contemplar el Ballibierna mientras comemos, pensando si ahora, desde la cima, podrá contemplarse el macizo de Aneto-Maladeta.












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