domingo, diciembre 27, 2009

Turrón de almendras

Como estos días navideños ha hecho malo para ir a la montaña, os cuento la receta del turrón de almendras que hace mi madre en estas fechas. Sin duda, servirá para coger fuerzas para próximas ascensiones.

Para 1 Kg. de Almendra.
La almendra tiene que estar con piel y sin tostar (y mejor que esté sin cáscara)

1. Preparar dos obleas rectangulares de unos 50 cm. de largas (de venta en pastelerías o panaderías), cada una de ellas sobre una superficie de cartón que nos ayudará a manejarlas y a superponer una sobre la otra.

2. Preparar un almíbar: mezclar dos vasos pequeños (de vino) de azúcar y un vaso pequeño de agua y ponerlo todo a hervir en un cazo.

3. Al mismo tiempo poner 3 cucharadas soperas de miel (por ejemplo de mil flores) a calentar en una cazuela, preferiblemente gruesa y de hierro fundido.

4. Añadir el almíbar en la cazuela con la miel. Añadir las almendras y una cucharilla de vinagre.

5. Ir revolviendo la mezcla con una cuchara de madera, de abajo a arriba y circularmente para que no se pegue. Sin prisa, que se vayan tostando las almendras. Sabremos que están tostadas cuando comiencen a crujir y a adquirir un tono más intenso.

6. Casi al final, añadir dos cucharadas de postre de canela.

7. Verter la mezcla sobre una oblea y extenderla bien (usando dos tenedores metálicos), especialmente por los bordes. Primero en una oblea y luego en la otra. Luego voltear una oblea sobre la otra, con un movimiento rápido y preciso (... se mejora con la práctica).

8. Presionar suavemente una oblea con la otra, sobre la superficie de cartón. Dejar reposar unos minutos.

9. Cortar las tabletas en caliente.

10. Para conservarlo en óptimas condiciones, envolver las tabletas en papel de aluminio y guardarlas en una bolsa de plástico cerrada herméticamente con un cordel.

Ahora sólo queda disfrutarlo junto con tus seres queridos alrededor de una buena mesa navideña.

Álbum de fotos:
Turrón de Almendra

domingo, diciembre 13, 2009

Pico Sacroux

12/12/09
Ascensión al pico Sacroux (2.675 m) desde los Llanos del Hospital

Punto de partida:
El Pico Sacroux está situado en el cordal fronterizo, encima de los Llanos de Hospital. Se accede desde el Ibón de Gorgutes, continuando hasta la cabecera del valle.

Cruzamos Benasque y continuamos hasta el final de la carretera que algún día llegará a Luchon.

El inicio del sendero a Gorgutes se encuentra donde termina la carretera, pero el tramo después del desvío a los Llanos del Hospital estaba cubierto de nieve y había aparcada una máquina quitanieves, así que decidimos bajar hasta el Hospital de Benasque y dejar el coche allí.

Excursión:
Comenzamos a andar desde el parking del Hospital de Benasque (1,750 m) a eso de las 08:15, cruzamos los Llanos del Hospital e iniciamos la subida por la izquierda del torrente que baja de Gorgutes. Al principio seguíamos una especie de sendero; pero al poco lo perdimos, posiblemente porque que estaba cubierto por la nieve. Así que subimos campo a través, evitando en lo posible los pinos.

A medida que subíamos íbamos disfrutando de mejores vistas del macizo de la Maladeta. Se divisaban en primer plano el Pico de la Renclusa, el Pico de Paderna y la Tuqueta Blanca de Paderna. Siguiendo el Pico de la Renclusa, se veía la cresta de los Portillones y un poco más arriba asomaba la Maladeta. En el lado oeste del macizo, siguiendo la Tuqueta Blanca de Paderna, dominaba el Pico de Alba

Al final del pinar enlazamos con el sendero que sale del final de la carretera y que está señalado con hitos. Continuamos por el sendero y al poco llegamos a unos pastizales cubiertos de nieve, a través de los cuales discurre el torrente de Gorgutes.

Ya empezaba a calentar el sol y veíamos que no había ni una sola nube. Sin duda íbamos a disfrutar de un gran día de montaña.

Cruzamos el torrente; vimos que más al fondo había una palanca, pero no nos hizo falta. Estábamos entre el Pico del Puerto Viell, al oeste, y el Pico de la Montañeta, al este. Nos fijamos que la ascensión al Pico del Puerto Viell por su arista tiene muy buena pinta y nos lo apuntamos para una próxima ocasión.

En este punto el camino toma la forma de una herradura para evitar el barranco que baja del Ibón de Gorgutes. Así que primero nos desviamos al este, hacia el Pico de la Montañeta, alcanzamos el Ibón de la Solana de Gorgutes, y luego nos desviamos al oeste, alcanzando el inicio del Ibón de Gorgutes.

Aquí vimos por primera vez nuestro objetivo, el Pico de Sacroux. Comprobamos que la canal central por la que pensábamos subir se encontraba completamente nevada. Desde aquí parecía completamente vertical. Por lo que habíamos ido viendo, el estado de la nieve sería bueno para subir por ella.

Hicimos una parada para reponer fuerzas y continuamos flaqueando el Ibón de Gorgutes. Una vez finalizado el flanqueo, nos esperaba una subida sin cuartel hasta la cima del Sacroux.

Fuimos ganado nivel hasta la base del Sacroux. A medida que íbamos subiendo veíamos mejor el Puerto de la Glera y el pico del mismo nombre. Llegamos a una zona más amplia y paramos en una gran roca, donde aprovechamos para aligerar las mochilas.

Tras este breve receso encaramos el tramo final por la canal central. La progresión se hacía dura y había algún tramo en el que la pendiente rondaba los 40º. Los crampones y el piolet se clavaban bien en la nieve y no había sensación de riesgo. Además, en caso de un resbalón, reconfortaba ver que la canal estaba despejada de rocas.

Lo bueno de la pendiente pronunciada es que pronto llegamos a un hombro previo a la cima, donde hay un pluviómetro (agujereado). Tras recorrer unos últimos metros, alcanzamos jubilosos la cima del Sacroux (2.676 m). Nos había llevado unas 4 horas y media desde la salida.

Las vistas desde la cima eran magnificas, por la situación privilegiada del Sacroux como mirador y porque no había ni una nube en el cielo.

Hacia el sur observamos en todo su esplendor el macizo de la Maladeta. Se veía la parte mas oriental empezando por la característica Forcandada, siguiendo con la redondeada cima Tuc de Mulleres y con el montón de rocas del Pico de Salenques. De la parte central sólo asomaba la punta del Aneto. Y en frente nuestro quedaba la parte más occidental del macizo, con todas las Maladetas y finalizando en el Pico Alba.

Hacia el este veíamos el Salvaguardia y el Pico de la Mina, que desde aquí son espectaculares a pesar de su modesta altura respecto a los colosos que los rodean.

Siguiendo el cordal del Sacroux hacia el oeste, distinguíamos el Pico de Bom, el Maupás, los Crabioules y otros que no reconocíamos (quiza el Pic Lezat y compañía)

Hacia el sur se divisaba Luchon, y la estación de superbagneres, que como dijo Jordi, estaba super-pelat.

En la cima apenas hacia viento ni frío, así que pasamos un buen rato disfrutando de las vistas y haciendo fotos. Después emprendimos el descenso por la empinada canal, al principio con cautela y después de ver que no había problema, “haciendo el indio”. Algunos se tiraron pendiente abajo practicando infructuosas maniobras de autodetección.

Comimos junto a la roca donde habíamos dejado el material, tras lo que continuamos con el descenso. De camino nos acercamos el Puerto de la Glera a ver la sombría cara norte del Salvaguardia.

El descenso por la nieve fue rápido y agradable, hasta que llegamos de nuevo al pinar. Intentamos seguir el sendero que lleva al final de la carretera pero no fuimos capaces. Así que fuimos bajando como pudimos hasta llegar de nuevo a los llanos del Hopital y de ahí al coche.

Estamos contentos por haber conseguido nuestro objetivo y por haber pasado un día tan estupendo en la montaña.

Datos técnicos:
Hora de salida: 08:15
Hora de llegada al pico: 12:45 (4 h. y 30’)
Hora de llegada al coche: 16:30
Altitud de salida: 1.754 m
Altitud máxima: 2.676 m
Track GPS: Pico Sacroux


Álbum de fotos:
Pico Sacroux

sábado, noviembre 28, 2009

Peña Montañesa

15/11/09
Excursión a Peña Montañesa desde el Monasterio de San Vitorian con los compañeros del Club Montisonense de Montaña.

El día amenazaba lluvia y tras un rato de caminata inevitablemente empezó a llover. Decidimos darnos la vuelta, pero al poco el día mejoró y cambiamos de opinión. Así que volvimos a andar lo desandado y finalmente alcanzamos la cima.

Álbum de fotos en Picasa

Blog del Club Montisonense de Montaña

Bachimala

18/10/09
Ascensión al Bachimala (3.177 m) desde Viadós.

La primera parte de la excursión transcurre desde el refugio de Viadós hasta el collado de la Señal de Viadós, donde el camino se une con el que viene del Refugio de Tabernés. Se sale justo detrás del refugio (1.760 m) y se va subiendo por el bosque hasta llegar a un cordal herboso que hemos de recorrer hasta llegar al collado.

Durante este tramo podemos disfrutar de buenas vistas del Posets, hacia el este, y de los Cullfredas, hacia el oeste.

Después del collado de la Señal de Viadós hemos de continuar rodeando por debajo la muralla formada por el Bachimala y la Punta Sabre, hasta alcanzar el flaco oeste del Bachimala.

A partir de ahí hay una subida sin cuartel hasta la antecima. Todo por una senda bien marcada que atraviesa el terreno pedregoso que la rodea.

Una vez en la antecima, nos queda superar un tramo de cresta, que es un poco aérea en algún punto pero que tiene buenos agarres.

Nos llevó unas 4 horas y media para superar los 1.400 m de desnivel. Disfrutamos de un día soleado como pocos que nos permitió disfrutar del Pirineo antes de que se cubra de blanco.

Album de fotos en Picasa

domingo, octubre 04, 2009

Trekking de Landmannalaugar

En esta reseña os contamos el trekking que hicimos por Islandia a finales de Agosto de 2009. Se trata de uno de los trekkings más clásicos y bellos del país: el trekking de Landmannalaugar, que va de Landmannalaugar hasta Skogar.

Fueron 6 jornadas, aunque se podría hacer en menos. Cada día eran entre cuatro y cinco horas de caminata y, salvo el quinto día, apenas había desnivel. De todas formas hacerlo en 6 jornadas permite ir con tranquilidad, disfrutar del ambiente de los refugios y no sufrir demasiado si un día el tiempo es malo.

Los paisajes que se observan durante esta ruta son impresionantes, tanto que parecen irreales: humeantes fumarolas, tierras de vivos colores, conos volcánicos, campos de lava, negros desiertos de arena e inmensos glaciares. La naturaleza es salvaje y pura, apenas se nota la impronta del hombre. Los refugios donde dormíamos nos han encantado: pequeños, acogedores, bien equipados e integrados con el medio ambiente.

El tiempo es duro; pero es Islandia y hay que asumir que durante el día va a cambiar varias veces y alguna de ellas no te va a gustar. Uno de los días no nos libramos de la ira de los dioses y durante toda la jornada tuvimos que aguantar una lluvia y un viento terribles, el resto de los días hizo "bueno"; lo que quiere decir que nos mojamos poco y hubo claros para disfrutar del paisaje. Hemos aprendido a manejarnos mejor con la lluvia y el viento.

La gente que nos hemos encontrado ha sido estupenda, tanto nuestros compañeros de trekking como la gente con la que hemos convivido en los refugios.

En fin, una experiencia inolvidable en uno de los últimos lugares salvajes de Europa.

Dia 1: Landmannalaugar-Hrafntinnusker
Dia 2: Hrafntinnusker-Alftavatn
Dia 3: Alftavatn-Emstrur
Dia 4: Emstrur-Thórsmörk
Dia 5: Thórsmörk-Fimmvórduháls
Dia 6: Fimmvórduháls-Skógafoss

Álbum de fotos:
http://picasaweb.google.es/carlos.raso/Islandia2009Landmannalaugar#

Video:

Landmannalaugar from Carlos R on Vimeo.


Mapas:

Etapas 1 a 3:

Etapas 3 a 6:

Fimmvórduháls-Skógafoss

Etapa 6: Fimmvórduháls-Skógafoss

Sexta y última jornada del tekking: de Fimmvórduháls hasta el mar, en Skógar; siguiendo el cauce de un río plagado de cascadas que culminan en la fabulosa Skógafoss.

Salimos del refugio de Fimmvórduháls y aprovechamos para contemplar una vez las esplendidas vistas de los glaciares que lo rodean y del mar que queda en frente y hacia donde nos íbamos a dirigir en unos instantes.

Fuimos perdido nivel, atravesamos algún nevero y pronto llegamos a un antiguo refugio abandonado. Después cruzamos el río por un puente y a partir de ahí fuimos siguiendo el cauce del río (es posible bajar por un camino más directo). Al poco empezamos a disfrutar de las numerosas cascadas que hay en el cauce de este río. En muchas de ellas se observaba un arco iris permanente formado por el agua vaporizada que se produce al romper la cascada.

Lucia un sol estupendo, pero otro día más no nos íbamos a librar de la furia de la meteorología islandesa y durante toda la jornada sufrimos las embestidas de un viento tremendo, que en ocasiones nos hacia perder el equilibrio.

Al final de la excursión nos esperaba uno de los espectáculos de mayor belleza del trekking: la cascada de Skógafoss. Se trata de una cascada de unos 25 metros de ancho y 60 de alto; que cae con fuerza contra el río, el cual ya va manso a morir al mar. La cascada forma un característico arco iris, creando una escena tan bonita que parece que estés en el mismísimo paraíso.

Bajamos abajo de todo y nos abrazamos jubilosos con los compañeros para celebrar el final del trekking.

Después de hacer un buen montón de fotos a Skógafoss, Goiko nos animó a ponernos una vez más la ropa de lluvia y acercarnos todo lo posible a la cascada. Ni cortos ni perezosos nos pusimos los pantalones y la chaqueta impermeables y nos fuimos acercando al punto donde rompe la cascada.

A medida que te vas acercando se observa un curioso efecto visual: el arco iris de la cascada se va cerrando alrededor tuyo hasta verte completamente rodeado por él. Parece que estés entrando en una nueva dimensión. Sin embargo, el agua no para de salpicarte y es mejor no permanecer demasiado tiempo disfrutando de esta experiencia.

Después de secarnos fuimos a tomarnos una merecida cerveza. ¡Por fin una cerveza y de las de 5 grados!, ¡que maravilla, que bien sabía!

Luego autobús hasta Reykiavik, con algunas paradas para ver otras cascadas, despedida de algunos compañeros y compañeras que nos habíamos encontrado durante el trekking (que esperamos volver a ver), cena de despedida con la gente del grupo y al día siguiente de madrugada vuelo de vuelta a Barcelona.

En resumen, podemos decir que los pasamos estupendamente, conocimos un país maravilloso y hemos hecho nuevos amigos. El único aspecto negativo es que la caída de Celeste resultó ser una fractura de un hueso de la mano y se ha pasado un tiempo con la escayola.

































Thórsmörk-Fimmvórduháls

Etapa 5: Thórsmörk-Fimmvórduháls

Quinta jornada del tekking: de Thórsmörk a Fimmvórduháls, cruzando entre dos glaciares y alucinando con las vistas desde Fimmvórduháls.

Para mi una de las jornadas más espectaculares del trekking . Salimos del refugio de Thórsmörk y cruzamos un último río. De hecho creíamos que ya no tendríamos que cruzar más ríos, pero no venía de uno más y comenzamos con el ritual de ponernos las “cholitas” y remojarnos las piernas con agua helada.

Tras cruzar el río encontramos un manantial e hicimos acopio de agua, pues era el último punto con agua potable segura (en Fimmvórduháls hay que derretirla del glaciar), y comenzamos la subida. Este día es el único en el que había que superar un cierto desnivel, unos 800 m, la verdad es que ya teníamos ganas de un poco de caña y a medida que subíamos comenzábamos a sentirnos “como en casa”

Los valles que íbamos superado eran espectaculares, de ese verde tan intenso que sólo hemos visto en Islandia. El recorrido tenía alguna pequeña cresta, anchas y con camino bien marcado; pero cruzarlas con el viento que suele soplar por esas latitudes o con lluvia puede suponer alguna dificultad.

Llegamos a una zona más llana donde aprovechamos para comer algo y para deleitarnos con las vistas. A nuestra izquierda observamos las lenguas glaciares del Myrdalsjökull y a nuestra derecha veíamos el más discreto Eyjafjallajökull. Hoy íbamos a pasar entre ambos glaciares.

Continuamos por una llanura pedregosa, superamos un último desnivel relevante y seguimos prácticamente llaneando cruzando entre ambos glaciares. El día era soleado, aunque empezaba a verse en el cielo nubes amenazantes (¡como cada día!).

Ya veíamos Fimmvórduháls en el horizonte, situado en la mismísima arista de las montañas.

Fimmvórduháls es un lugar espectacular, te encuentras entre dos glaciares y en frente tuyo tienes el mar. El refugio está en línea del resto de refugios del trekking, aunque más austero. No hay agua corriente y hay que derretirla del glaciar. Una vez en el refugio comenzó a llover, ese día nos habíamos salvado por los pelos.

Abrimos un fuet y una longaniza que habíamos reservado para un momento especial y pasamos una tarde divertidísima, con las bromas de nuestro compañero Juanjo y con el resto de gente que había en el refugio: dos holandeses, que ya habíamos visto en otras etapas, un belga y el guarda. Por un lado, posiblemente maldicen coincidir con españoles pues cuando ellos se van a dormir nosotros comenzamos la fiesta; pero por otro lado, lo agradecen porque se lo pasan en grande con nuestra jovialidad. Somos la alegría de la huerta, esa tarde especialmente Juanjo.

Vistas desde Thórsmörk:






Lenguas del Myrdalsjökull:





Foto de grupo:
Myrdalsjökull:


Eyjafjallajökull, a la izquierda de todo se ve Fimmvórduháls
Vistas
del Eyjafjallajökull desde Fimmvórduháls

Interior de Fimmvórduháls:
La cocida de inducción de última generación:
Lo que se agradece un fuet en este lugar:

La habitación del guarda:
Fimmvórduháls:
Vistas del mar desde Fimmvórduháls:
Truco de magia de Juanjo: un plato de spaghetti por aqui, y voila ! ha desaparecido: