jueves, septiembre 16, 2010

Pico Aragüells y Aguja Juncadella

11/09/2010
Este fin de semana, que se prevía soleado, decidimos subir al Pico de Aragüells y a la Aguja Juncadella. Uno de los motivos era disfrutar de las vistas del Aneto y las Maladetas desde esa perspectiva. La idea era subir por Ballibierna y bajar por Cregüeña. Ah !, y como cuando uno está sentado planificando las excursiones no falta el optimismo, también habíamos incluido el Pico Cordiel como un objetivo opcional.

El viernes pasamos noche en el Pájaro Loco de Castejón de Sos, uno de nuestros campos base habituales y degustamos un suculente "número 4" en Casa Juan (longaniza con huevos fritos).

El sábado a las 07:30 cogimos en Senarta el autobús que lleva a Ballibierna, que nos dejó en el Refugio de Pescadores a eso de las 08:00. El itinerario al Aragüells sigue el camino habitual hacia el Aneto desde esta vertiente. Comenzamos a caminar ascendiendo hacia los ibones de Coronas.

Fuimos subiendo a buen ritmo hasta llegar al Ibón del Medio. Para ir al Aragüells, un poco antes de llegar a este ibón hay que desviarse hacia el Noroeste. Nosotros nos dimos cuenta un poco tarde y esto nos obligó a perder algo de nivel.

Después del Ibón del Medio, encaramos la subida hacia el collado de Cregüena. A partir de ahí el camino discurre entre bloques de piedra y nos liamos un poco. Siguiendo hitos nos desviamos demasiado hacia la cresta de Cregüeña, teniendo que rectificar posteriormente. El camino hacia el collado va por el centro de la tartera y es bastante directo.

Ya veíamos perfectamente nuestros objetivos y según ascendiamos las vistas comenzaban a ser magnificas. Empezabamos a tener buenas perspectivas de la imponente cresta de Llosás y de los ibones de Coronas, que quedan debajo; todo ello dominado por el Aneto.

Jaume tuvo un pequeño incidente: pisó una piedra que se movió un poco y fue directo a comprobar la dureza del suelo. El resultado, un corte en el brazo del que empezó a emanar bastante sangre. Suerte que Cele no se pierde ni un capitulo de Anatomía de Grey; así que le hizo una cura y afortunadamente la cosa no fue a más.

Comenzamos a atacar la subida al pico antes de llegar al collado, pero pronto descubrimos que se trataba de un error. En esa zona el terreno está muy descompuesto y das dos pasos para adelante y uno para atrás. Rectificamos y fuimos flanqueando para tomar la ruta que sube desde el collado de Cregüeña y que discurre siguiendo la arista por un terreno mucho más firme.

Sin más dificultad que el desnivel de los últimos metros y alguna trepada fácil entre bloques, alcanzamos la cima del Aragüells (3.037 m). Nos había llevado unas 4 h., percance incluido. El día estaba claro y pudimos deleitarnos con unas espectaculares vistas de los picos y crestas que nos rodeaban.

Muy cerca, hacia el nordeste destacaban la Maladeta y el Maldido, rodeando el azulado ibón de Cregüeña. Continuando el cordal, por encima de los ibones de Coronas, sobresalía el Aneto. Desde donde estabamos podíamos observar el gentío que se dirigía al Aneto y los montañeros que estaban negociando el Puente de Mahoma. Detrás del Aneto, y por encima de la cresta de Llosás, aparecían el Tempestades, el Magalida y levemente el Russell.

Más a lo lejos, hacia el oeste, divisábamos los Eristes, el Posets, el Bachimala y el macizo del Perdiguero (pico en el que habíamos estado justo una semana antes).

Después de un buen rato en la cima, nos dirigimos hacia el siguiente objetivo del día: La Aguja Juncadella, que desde el Aragüels parecía más difícil de lo que realmente es. Así que descendimos al collado, dejamos allí las mochilas y nos dirigimos decididos hacia la aguja.

Bordeamos un primer gendarme situado junto al collado. El siguiente resalte lo superamos perdiendo un poco de altura por la vertiente de Coronas. Continuando el ascenso nos encontramos con el paso de grado II, una placa inclinada con pocos agarres que se supera sin demasiados problemas (al menos con la roca seca). Seguimos avanzando entre los bloques que forman la cresta, teniendo que usar las manos en alguna ocasión. Un poco antes de la cima nos encontramos con una última dificultad, que consiste en sortear un bloque mediante una sencilla trepada por su izquierda (igual es eso el paso de grado II). Sin más, salimos a unos metros de la cima y andando alcanzamos la cima de la Aguja Juncadella (3.021 m).

Vistas similares al Aragüells, pero cambiando ligeramente la perspectiva. Estabamos en el inicio de la cresta de Cregüeña, compuesta por enormes bloques y paredes verticales sobre el Ibón de Cregüeña. Impresiona y es realmente admirable quien se atreve a meterse por ahí.

Deshicimos el camino por la cresta, llegamos al collado y comenzamos la bajada al Ibón de Cregüena. La bajada rodea por debajo la cresta de Cregüena y es entretenida. Primero transcurre entre bloques y luego por piedra suelta, pero se compensa con las espléndidas vistas de ibón. En una media hora alcanzamos el ibón y luego rodearlo nos llevó unos 45 minutos.

Aún nos quedaba una buena bajada por delante. Así que sin entreternos mucho empezamos a bajar de Cregüeña. Hay como tres fases: primero se baja a través de grandes bloques, luego por un camino de tierra bastante pendiente y finalmente por bosque. La bajada se hizo larga, pero disfrutamos de las cascadas de hay en el barranco y de un remojón de pies en un prado que hay justo antes de empezar el bosque.

Al llegar a la pista, tuvimos que andar una media hora más para llegar al coche, que estaba en Senarta. En total estuvimos unas 12 h y pasamos un gran día de montaña.

Aragüells y Aguja Juncadella


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